Una dulce sensación cautivó su joven,
frágil corazón de mujer
Se dejó abrazar entre besos y silencio
conoció el amor en su piel.
Era tan hermoso caminar hacia ningún lugar
confundiendo sueño y realidad, todo era verdad,
no había nada por lo que rezar, si acaso una oración
suplicando la continuidad de aquella sensación.
Es tan triste recordar
que cada historia tiene su final.
Como sol de amanecer hay que nacer
partiendo del ayer.
Es muy triste recordar
que cada historia tiene su final.
Poco a poco se quebró la dulzura de ese amor,
algún día perdió su poder.
Y el final llegó, entre lágrimas el tiempo
todo lo acabó por romper.
Se hizo tan penoso caminar hacia ningún lugar
distinguiendo sueño y realidad, ¿cuál es la verdad?
Aún quedaba tanto que pedir en cada oración
suplicando volver a sentir la dulce sensación.
Es tan triste recordar
que cada historia tiene su final.
Como sol de amanecer hay que nacer
partiendo del ayer.
Lejos en el horizonte donde nada se perdió
dibujamos las palabras de amor,
con la voz, de amor, de adiós.